La amistad quiso que llegara a mis manos el manuscrito de
este libro. Es una obra dirigida a la gente joven, pero su lectura es no sólo
apta para todos nosotros, sino también recomendable.
Tras una historia de amor, blanco y hermoso, como el paisaje
de las dunas bajo el sol en su cénit, Harmonie Botella va desgranando una
historia plena de datos didácticos, la historia del pueblo saharaui, de su
injusto exilio, lejos de sus tierras, fuera de su país.
Las costumbres de estas gentes valientes, su organización
social, su estructura estamental, su diario discurrir entre las jaimas que se
levantan en territorio argelino, en el campo de refugiados de Tinduf. Y
conmueve que, por fin, haya una escritora que nos deje bien claro el peso de la
mujer en todo este entramado socio- político. No hay ni un solo detalle que
resulte superfluo, todo responde a una visión humana y real de lo que es la
vida de un pueblo injustamente tratado. Un pueblo que supone, para muchos de
nosotros, el punto negro más evidente de la política exterior española, ante la
impasibilidad del resto del mundo. Por este motivo, El susurro de las dunas, es una obra necesaria, una llamada de
atención sobre la tremenda situación de un pueblo que no pierde la esperanza de
que algún día sus derechos sean reconocidos por la comunidad internacional.
Son muchos los motivos que se entrelazan para que esta
situación de destierro se prolongue, pero casi todos ellos desembocan en uno:
ambición económica para apropiarse de los recursos naturales que,
legítimamente, son propiedad del pueblo saharaui.
Siempre supimos que en el Sahara había fosfatos y caladeros
de pesca; hace poco nos enteramos de que, además, hay petróleo bajo aquella
inmensidad de dunas, incluso se mencionó la existencia de diamantes. Ante las
prospecciones que realizan otros países en este territorio, usurpado a sus
legítimos herederos, la voz de Harmonie se levanta con valentía, con elegancia
y decisión, para explicar a nuestros adolescentes qué es lo que está ocurriendo
allí, para que las jóvenes generaciones se conciencien y sepan la verdad de un
pueblo que vive bajo el desamparo de los grandes y a la sombra de su codicia.
El lenguaje de esta autora es directo, rotundo, de fácil comprensión
para todos. No hay duda alguna en su discurso, dice lo que tiene que decir. Y
nos enseña, con la dulzura de su bonita historia, la inmensa fuerza de uno de
los pueblos más valientes de nuestro Planeta. Las ilustraciones que acompañan a
esta singular obra, son de una belleza que dota de mayor color- y de intensa
vida- a unos textos que, por sí mismos, están plenos de luz. Considero que, El susurro de las dunas, es una pequeña
pieza de orfebrería literaria, imprescindible en las bibliotecas de nuestros
hijos.
María Sangüesa
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